Desde hace 30 años, un soñador de gran trayectoria empresarial comenzó en las cercanías de Villa de Leyva una tarea titánica: Hacer un buen vino tropical. En la tierra de la tradición de la chicha y el aguardiente, usando el suelo que acoge el maíz y la cebada, al tomate y la papá, un pionero decidió iniciar una nueva tradición guiado por su amor a la uva y el vino. Así, Don Pablo Toro comenzó esta hermosa labor que le ha permitido crear vinos de calidad que han ganado numerosas medallas a nivel internacional